En verano nuestro peor enemigo son todos esos bichitos que se nos quedan estampados en la moto y en el casco. Es muy importante, para la conservación de la moto, el retirarlos.
¿Listo para empezar a limpiar la moto? Necesitarás:
- Un cubo para el agua
- Una esponja y algún trapo viejo que ya no uses
- Una gamuza de microfibras
- Un desengrasante. Mejor si es específico para estos vehículos
- Jabón neutro (no concentrado de fregar los platos)
- Brocha de pintura
- Y, por supuesto, agua
Pero, antes de empezar, quizás te preguntes ¿y por qué no la llevo a la gasolinera? Bueno, nuestro consejo es que no laves la moto con la manguera a presión y sí lo hagas a mano porque, aunque los cables estén bien aislados, siempre tienes posibilidades de crear algún problema eléctrico que no existía, o también puedes meter agua por el escape, etc. No decimos que no se pueda, solo que si lo puedes evitar ¡mucho mejor!
Empezamos a lavar la moto
Lo primero es prepararla, y la mejor zona para realizar todo el proceso de limpiado es aquella que esté bajo la sombra estando toda la moto fría.
Para empezar a limpiar la moto es necesario quitar primero todos los restos de suciedad más evidentes, como son los mosquitos y los restos de grasa que pudiera haber por el motor. Para ello lo que tienes que hacer es:
Pon trapos mojados (no chorreando) sobre las partes de la moto donde tengas bichos para conseguir ablandarlos y que sean más fáciles de retirar.
Limpia el basculante, las llantas y zonas del motor con el desengrasante dejándolo que actué unos minutos y, posteriormente, usando un trapo o una pequeña brocha para retirar todo.
¡Date prisa!
El desengrasante es un producto podría eventualmente dañar los colores, así que una vez hayas quitado toda la suciedad, intenta retirarlo cuanto antes con agua y jabón.
Mientras retiras todo esto, recuerda que seguimos teniendo los trapos húmedos sobre la moto reblandeciendo los mosquitos.
Comienza a limpiar con agua y jabón
Ya hemos quitado la suciedad más engorrosa y hemos esperado un tiempo prudente para ablandar todas esas pequeñas “bestias” que estaban estampadas en la moto, así que toca coger la esponja y empezar a frotar cada una de las partes.
Intenta que el agua este templada, a ser posible.
Aclarando la moto
Quizás hayas visto por cómo estaba el cubo y la esponja, que hacía mucho que no limpiabas bien tu moto, ahora te resta aclararla. Para ello enjuaga la moto con agua limpia, vendría muy bien tener una pequeña manguera.
Intenta que no pase mucho tiempo para que no se seque el jabón ya que te quedarán marcas y después de tanto trabajo a ninguno nos gusta verlas.
Empieza a secar
Toca sacar trapos limpios y secar toda la moto, nosotros usamos el de microfibras ya que deja un brillo especial, te puedes encontrar que te digan de todo: secar con papel de periódico, de cocina, con las bayetas de algodón, etc.
Al detalle
Ya que estamos sudando la gota gorda, acaba bien el trabajo. Si tienes algo de pulimento podemos abrillantar las zonas que presenten un color más apagado.
¡No te olvides de la cadena!
Hemos estado limpiando toda la moto y después de cada lavado es importante aplicarle grasa especial de cadenas y ya que estás aplícale también a la pata de cabra y la maneta de embrague.
Último consejo
Es bueno limpiar la moto justo después de la ruta si no la vas a usar por tiempo, porque de este modo la grasa que le pongas a la cadena no salpicará por la llanta. Si no, la dejará como si no la hubieras lavado.
Aprovecha para revisar los niveles de aceite y líquido de frenos, además de la presión de los neumáticos, nunca viene mal un pequeño repaso a la moto….